La tranquilidad del agua, quieta o en cascada
Noviembre 2015
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La laguna de Gallocanta, con las nubes reflejándose en el agua
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Cuando hace unos días Javi me propuso pasar el fin de semana por la zona de la laguna de Gallocanta, en Zaragoza, no me quedé muy convencida. Ahora sé que no pudo ser mejor opción para un sábado y domingo gastronómico y de completo relax, para afrontar unos meses de fin de año que laboralmente son siempre más agitados. Así que, sin llevar mucho preparado, nos fuimos para allí y, casualidades de la vida, nos encontramos con que justo ese día, el 7 de noviembre...era la 18 Fiesta de las Grullas.... Todo un espectáculo!!!! Y es que los meses de noviembre y febrero coinciden con los principales pasos migratorios de estas aves.
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Aves sobre la Laguna de Gallocanta, en la 18 Fiesta de las Grullas |
A tan solo dos horas y media de Valencia, --con parada en el famoso
restaurante Mariano a almorzar, ese famoso por vender boletos para la
mayor cesta de Navidad, creo yo que del mundo mundial-- la laguna es uno de los ecosistemas húmedos más importantes de la Península Ibérica y de Europa Occidental, en una extensión de 54.335 hectáreas. Abarca los pueblitos de Berrueco, Tornos, Bello, Las Cuerlas y Galllocanta, mitad de Zaragoza, mitad de Teruel.
La especie más emblemática es la grulla común, con cifras de hasta 70.000 aves de las que más de 10.000 se quedan en la invernada. Y el sonido de los pájaros es lo que acompaña durante todo el día..... Unos 39.000 nos dijeron que había... ¿Cómo los contarán?
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Aves sobrevolando Gallocanta |
Para ver bien la laguna, aconsejados por expertos, es conveniente dirigirse hacia los dos centros de interpretación: el de Gallocanta, en Zaragoza, y el de la carretera de Tornos a Bello, en Teruel. Desde aquí se organizan visitas guiadas bien en coche o bien en bicicleta, ya que es mucho recorrido para hacerlo andando, máxime si vas con niños o personas mayores. En noviembre y febrero, dado que las grullas están en migración, las visitas las realiza el de
Tornos, centro especificamente medioambiental. Como ya he dicho, no lo llevábamos muy preparado y nos quedamos sin poder hacer la visita guiada gratuita ...(estaba completo), pero en las instalaciones nos informaron muy bien del recorrido para hacerlo a nuestro aire. Es imprescindible llevar prismáticos. En Gallocanta también los alquilan.
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Laguna de Gallocanta |
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Observatorio de la Reguera |
La vuelta es muy sencilla y está muy bien indicada: se bordea toda la laguna, cuyo perfil únicamente se ve desde determinados puntos de observación, con mucho cuidado de no molestar a los pájaros. Y vas pasando por los lugares de interés: Observatorio de la Reguera; de Los Ojos; de La Ermita; Los Aguaranes y El Cañizar. De camino, se pasa por una ermita preciosa, la de la Virgen del Buen Acuerdo, también un punto de observación precioso.
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Tornos |
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Desde el Observatorio de La Ermita |
Y así estuvimos disfrutando de la calma, la quietud y el sonido de los pájaros hasta el mediodía, cuando comimos un menú muy muy normalito en el
Hotel Secaiza, pero con unas vistas magníficas sobre la laguna. Cerca de allí, a un minuto en coche nada más, te encuentras con el poblado celtíbero de El Castellar, descubierto en 1976 sobre una pequeña loma. Este antiguo poblado, de poco más de 600 metros cuadrados, se ubica en un punto estratégico para contemplar la laguna.
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Poblado celtíbero El Castellar |
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Se han detectado hasta entre veinte y treinta habitaciones en el asentamiento |
De allí, nos preparamos para esperar la entrada de las grullas a dormidero, pero al parecer, como hacía tan buen día, decidieron que las 17.30 horas era prontito para retirarse y, después de esperar un rato sin ver más que algún pequeño grupo, decidimos retirarnos. Todas las actividades de la jornada estaban organizadas por la Asociación de Amigos de Gallocanta, y hasta incluían un taller de elaboración de pacharán casero o Música por las grullas... Una pena que no nos pudiéramos quedar más... Pero nos llevamos esto en la retina:
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Puesta de sol sobre Gallocanta |
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El sol va cayendo sobre la Laguna de Gallocanta |
Aún nos quedaba una horita hasta Calatayud. En esta ciudad nos alojamos en
La Hospedería Mesón de la Dolores (sí, como la canción), un establecimiento de solera, que tiene hasta un museo en el sótano, y que mi madre no dejaba de repetir que le recordaba al Corral de la Pacheca. La verdad es que la entrada y la zona de bar eran perfectos para transportarte a unos años atrás y a un precio razonable las dos habitaciones... Y si no, comprobad qué os viene a la memoria:
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Hospedería La Dolores, en Calatayud |
Tras una cena muy apetitosa en la
Taberna Puerta Terrer --con una tarta de dulce de leche y plátano para chuparse los dedos y un Rooibos de coco y piña, el menú completo por 15 euros-- nos fuimos a dormir porque por la mañanita salíamos pronto al Monasterio de Piedra. ¡Qué decir de este monumento!... La entrada quizá parezca un poco cara --15 euros los adultos y once menores de once años y jubilados-- merece 100% la pena.
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Monasterio de Piedra |
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Cascada de la Trinidad |
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Monasterio de Piedra |
Uno de los motivos del viaje había sido tratar de recordar la excursión que ambos habíamos hecho en nuestra infancia/juventud... Pero no.. Me quedé sin palabras. El monasterio, con visita guiada incluida, me impactó, con todas las estatuas religiosas mutiladas durante la desamortización de Mendizábal... Pero lo que es el parque, su belleza me cautivó. Y especialmente porque el otoño es una estación muy propicia para visitar bosques y árboles por la maravillosa tonalidad que presenta, que, combinada con el agua en movimiento, solo me puede hacer pensar en una cosa: Pura Vida. Bajar, subir, pasar por debajo de las cascadas....y así, terminó nuestro fin de semana, con las pilas puestas y deseando volver a tener otro pequeño 'kit kat' que merezca tanto la pena.
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Lago del Espejo |
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Vista desde la Gruta de la Cascada Pie Cola de Caballo |
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Cascada de la Cola de Caballo desde el interior |
FELIZ RELAX
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