Peripecias y alegrías en 200 kilómetros
21-25 abril de 2014
Cuando allá por finales enero de 2014 surgió la idea de hacer el Camino de Santiago, yo no tenía más bicicleta que la de paseo, cubierta de polvo. Así que me compré una de montaña, normalita que no era para tanto la cosa, y empecé a entrenar con mi marido. Los domingos por la mañana, lo que se podía, y a planificar la ruta.
Mi padre, de casi 70 años, se unió al proyecto y después de mirar guías, planos y consultas por internet, finalmente me sedujo una planificación pensada para hacer el camino con niños. ¿Y qué más niña que yo, que casi acababa de dejar los ruedines, metafóricamente hablando?
En total: cinco días de pedaleo, cuatro noches de alojamiento y 202 kilómetros en teoría desde el albergue de Ponferrada, aunque al llegar a meta, la bicicleta me marcaba que había hecho 232!!!!!
-- No olvidéis que... si Galicia es verde, es porque LLUEVE y MUCHO...
-- Cuando os digan es todo llano, se trata del típico humor gallego. NUNCA lo es. Siempre se sube.
-- Y sobre todo, disfrutar hasta el fondo del Camino. De éste si lo hacéis, y del de la vida en general...
LA META ES EL CAMINO |
Entiendo el Camino no sólo en su parte religiosa sino también como una ruta hacia el interior de uno mismo y una búsqueda personal, más allá de las creencias espirituales. Como una meta, aunque como se suele decir, "la meta es el camino". Y como esa introspección me lo propuse.
Para conseguir la Compostela, documento certificado que acredita que has culminado el camino con motivo religioso o espiritual o con voluntad de búsqueda, debes haber recorrido al menos los cien últimos kilómetros andando o los 200 últimos en bicicleta.
Se trata de un documento en el que debes ir sellando lugares por los que pasas --iglesias, monasterios, albergues o incluso bares y restaurantes-- al menos dos veces al día para confirmar que, efectivamente, has hecho tú mismo el recorrido y no has decidido tomarte una pequeña licencia y coger un autobús. Además, sirve para que te proporcionen alojamiento en los albergues.
Yo tengo la mía con sellos de albergues, juntas vecinales, de iglesias, restaurantes... y de lugares muy variopintos. Siempre guardada en bolsa tipo congelados, para que no se estropeara por la lluvia.
¿Cómo conseguirla? Pues según cada caso. En Valencia, por ejemplo, se puede en la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de la Comunidad Valenciana, en la calle Dr. Gil y Morte, que abre los viernes por la tarde. Se paga dinero por ella.
¿Qué nos pasó? Que nos dormimos en los laureles, coincidió con Semana Santa y no llegamos a tiempo para pedirla.
Así que recurrimos a la web especializada en servicios para el peregrino ciclista Bicigrino. En este caso cobran 2,75 euros y te la envían a casa, gastos de la empresa de mensajería aparte (en total habrían sido 18 euros). Pero tampoco llegó a tiempo (Lo devolvimos). No en todos los pueblos del camino está disponible. Y aún así, tuvimos que salir sin ella.
CONSEJO: Además de la forma física, hay otros datos a tener en cuenta antes de salir. El más importante, la preparación de las alforjas (valen unos 158 euros). Es lo único posible si quieres pedalear. Impermeabilizadas, que vamos a Galicia. Y, sobre todo, con el interior envuelto en bolsas de basura.
Además de una buena ropa de ciclista --más una para cambio y descanso, la bolsa de aseo, un calzado cómodo de repuesto y algo de medicinas y NADA más--, es conveniente que lleves todo el material necesario para pinchazos, hinchar ruedas y los mapas protegidos en el manillar, un chubasquero y pantalones contra el agua para forrarte con ellos. Vive Dios que se necesitan....
Las bicicletas volverían después a Valencia vía Bicigrino.. Directas a casa. Por cierto, aquí sí, muy muy buen servicio.
DÍA 1: PONFERRADA-VILLAFRANCA DEL BIERZO
23,9 km. ETAPA MUY FÁCIL
Dejamos el coche aparcado en la Estación de tren de Ponferrada, a donde pensábamos volver después de la aventura. Yo optaba por hacerlo desde Rabanal del Camino, unos 23 kilómetros más, y pasar por la Cruz de Fierro --el punto más alto, con 1.500 metros de altura-- pero el no contar con credenciales y el cómo volver al finalizar la semana por la noche a recoger el coche --no había tren hasta esa localidad-- me hicieron desistir.
Así que la salida, desde Ponferrada. Detrás de nosotros hay una placa donde dice que restan 202 km para llegar a Santiago, y cinco días, de los que ya se nos estaba yendo uno....
En la ruta a Villafranca paramos en Cacabelos a comer, un pueblo precioso, de verdad, y en plenas fiestas... No pasamos un poco con el yantar por lo que el pedaleo del resto del trayecto..costó lo suyo.
Un buen chuletón, motivo del retraso... |
Llegamos a Villafranca del Bierzo a mitad de la tarde.
Tengo que decir que decidimos no dormir en albergues comunitarios ni municipales. No es que fuéramos de exquisitos ni de sibaritas.. En primer lugar, si hay alguien con problemas de sueño me entenderá... En segundo, no son edades... No me veo yo compartiendo sala con 30 personas más, por mucho que se intente guardar silencio. Cinco días sin dormir, no me lo planteo.
Así que dejamos las cosas en el Hostal Burbia --en el río--,y salimos a dar una vuelta por esta preciosa localidad, donde confluyen los ríos Burbia y Valcarce. El alojamiento, muy recomendable y con un buen desayuno por 60 euros los tres.
El cielo y el templo de Santiago, un maravilloso contraste |
Una de las estatuas de Santiago que más me impresionó de la ruta. |
DÍA 2: VILLAFRANCA DEL BIERZO-SABUGOS
28 km. LA ETAPA MÁS DURA
Yo no estaba preparada para esto. Sabía que la subida del O'Cebreiro era dura, pero nunca imaginé cuánto. Sobre porque se trata de un perfil de subida constante desde 500 a 1.300 metros, con 800 metros de desnivel. Pero es que, además, dormíamos en Sabugos, lo que implicaba un esfuerzo y tramo extra.
Reponiendo algunas fuerzas al poco de empezar |
Durísimo, en mi condición de principiante. Peor aún, porque en La Faba, en lugar de seguir la carretera, nos equivocamos, nos desviamos y acabamos montaña arriba por camino por donde, es literal.. solo pasaban CABRAS y VACAS. Y bajar, medio lloviendo, suelo mojado, resultaba peor aún... Así que para adelante, como los de Alicante..
Cuando no queda otra que empujar:
Arrastrando la bici, para qué contar.... |
El paisaje una delicia... Las nubes hacían presagiar lo peor, pero Santiago acompañó |
Así que llegar a O'Cebreiro fue una bendición. No solo por el sitio --ya lo conocíamos-- ni por la comida --con productos típicos y a muy buen precio-- sino por la sensación de 'prueba superada', por el reposo en la ermita y por todo.. por todo.
Emita en O'Cebreiro |
En la ermita hay una oración hermosísima, atribuida a Fraydino, un monje de La Faba y de la que no es necesario ser cristiano para captar su esencia:
"Aunque hubiera recorrido todos los caminos,
cruzado montañas y valles
desde Oriente hasta Occidente
si no he descubierto la libertad de ser yo mismo
no he llegado a ningún sitio.
Aunque hubiera compartido todos mis bienes
con gentes de otra lengua y cultura,
hecho amistad con peregrinos de mil senderos
o compartido albergue con santos y príncipes,
si no soy capaz de perdonar mañana a mi vecino
no he llegado a ningún sitio.
Aunque hubiera cargado mi mochila de principio a fin y esperado por cada peregrino necesitado de ánimo,
o cedido mi cama a quien llegó después
y regalado mi botellín de agua a cambio de nada
si de regreso a mi casa y mi trabajo no soy capaz
de crear fraternidad y poner alegría, paz y unidad, no he llegado a ningún sitio.
Aunque hubiera tenido comida y agua cada día
y disfrutado de techo y ducha todas las noches
o hubiera sido bien atendido de mis heridas,
si no he descubierto en todo ello el amor de Dios,
no he llegado a ningún sitio.
Aunque hubiera visto todos los monumentos
y contemplado las mejores puestas de sol;
Aunque hubiera aprendido un saludo en cada idioma,
o probado el agua limpia de todas las fuentes,
si no he descubierto quién es autor
de tanta belleza gratuita y de tanta paz
no he llegado a ningún sitio.
Si a partir de hoy no sigo caminando tus caminos,
buscando y viviendo según lo aprendido;
Si a partir de hoy no veo en cada persona,
amigo y enemigo, un compañero de camino;
Si a partir de hoy no reconozco a Dios,
el Dios de Jesús de Nazaret,
como el único Dios de mi vida,
no he llegado a ningún sitio...."
|
Panorámica del Valle. |
Y después de esto, aún nos quedaba otro tramo duro hasta Casa de Rodríguez, en la aldeita de Sabugos, a la que se llegaba tras un largo descenso que nos hizo temer la subida del día siguiente.Un lugar plenamente apacible, regentado por un matrimonio encantador y donde no hay NADA.
Así que la dueña nos preparó una cena que quitaba el sentido, en una buhardilla acondicionada para la comida de los huéspedes, con una sopa espectacular y una ternera criada en casa, que se partía al mirarla. Las dos habitaciones, 72 euros. Oye.. nos lo habíamos ganado.
Si Galicia es verde, es por algo |
Compartimos mesa con una pareja de Argentina y con otra de alemanes, que aún no habían aparecido |
Y.. a descansar, que presagiaba lluvia.
DÍA 3: SABUGOS-PORTOMARÍN
62 km. LA ETAPA MÁS LARGA
Y también sobrevivimos al Alto del Poio, en lo que iba a ser una etapa llana:
Efectivamente, el día salió que parecía que San Pedro no tuviera otra cosa que hacer... Y nosotros venga a dudar sobre si salir o no... Al final nos convenció el hecho de que el dueño nos podía sacar de nuevo a la carretera con su tractor, algo que dabas las circunstancias era de agradecer. Así que allí nos subimos los alemanes y nosotros, dispuestos a ver cómo tiraba el vehículo por semejantes cuestas.. Y sobrevivimos.
Toda una experiencia |
Y también sobrevivimos al Alto del Poio, en lo que iba a ser una etapa llana:
Allá se nos ve, aunque no sé lo que parecemos, tan tapados... |
Esta etapa se presentaba como llana en teoría, aunque como veis, aún quedaban algunos repechitos. la primera parte, suerte que dejó de llover, porque fue de una bajada constante de 1.300 a 600 metros hasta Triacastela --unos 18,5 kilómetros--, una gozada... De seguir la lluvia, los toboganes de un parque acuático serían lo más parecido al firme de la carretera.
Como la canción, después de la tormenta, la calma.. Pero muy muy fría!!! |
Patio interior del Monasterio de Samos |
Escultura de Santiago en Samos |
Y seguimos la ruta hasta Sarriá, donde comimos en un barecito de esos con el mantel a cuadraditos y la vajilla de cristal marrón, de cuando nuestras madres se casaron... Todo un Vintage y una comida casera y sabrosa, pese a la hora y a que una ya no podía con su alma... Este tramo de perfil de 600 a 900 y bajada a 500 metros.
El trayecto que nos quedaba hasta Portomarín fue más cómodo aún, con algún desnivel, pero casi todo el tramo de bajada, tranquilo, que permitía ver un paisaje que... dejo que juzguéis por vosotros. Ayudó el día, francamente espectacular...
Portomarín es un municipio plagado de albergues... En esta ocasión tuvimos que morir en uno, aunque optamos por una habitación compartida para tres en lugar de la sala de literas: en el Ultreia. El baño era común al igual que el resto de salas, de cocina y demás. No obstante, debo reconocer que había mucho silencio y tranquilidad. Era privado, no público, e imagino que se nota. Tras la ducha y cambio de rigor, nos dimos una vuelta por ahí, que ratificó nuestra imagen de la preciosidad del lugar, y empezamos a ver a algún grupo de ciclistas. Hasta este momento, pensábamos que íbamos solos sobre dos ruedas....
Esa noche, a la cama temprano, mientras los chicos se quedaron viendo en fútbol y tomando algo por ahí... Pero yo empezaba a no poder más. No es solo el cansancio, el frío, la lluvia, van haciendo mella.
DÍA 4: PORTOMARÍN-ARZÚA
60 km. OTRA ETAPA LARGA
Un ejemplo de lo que lucía el sol:
En teoría, esta etapa iba a ser de 40 kilómetros y pernoctar en Melide. Sin embargo, tuvimos un problema con la dirección del alojamiento, que no estaba bien señalizado y nos pasamos de largo. De hecho, cuando a la propietaria le avisamos de lo sucedido, nos comentó que no era la primera vez que ocurría. Así que, como se suele decir, tiramos millas.... Día de perros, y perdón por los animales, que no tuvieron la culpa:
Un ejemplo de lo que lucía el sol:
Aunque la etapa pintaba llana --de 500 metros en bajada a 300, a mí me pareció una subidita contínua. Así que hartos de agua, decidimos parar en Melide a comer (donde en teoría dormíamos). Justo fuimos a dar con la Pulpería Ezequiel-- donde, según las crónicas que hemos leído a posteriori, resulta que cocinan el mejor pulpo del camino. Allí estaba un amigo con el que ya habíamos coincidido y otro grupo de vallisoletanos, los únicos ciclistas que vimos, con los que llenamos mesa. El pulpo, como si tuviera alas, voló:
Pulpo en Pulpería Ezequiel |
Tarta de Santiago |
Decidimos esperar un poco a que amainara, pero como no había manera reorganizamos la ruta y optamos por dormir donde nos aconsejaron en Ezequiel, en Arzúa, Hostal Casa Teodora. Llamamos, hubo suerte y empezamos otros 20 kilómetros más, bajo algún que otro trueno que me hacía temblar entera. El alojamiento, también muy recomendable, al igual que la cena.
El paseo por Arzúa, con estampas para recordar:
Una de las casas más curiosas de todo el camino. |
DÍA 5: ARZÚA-SANTIAGO
EL FIN!!!!! 40 KILÓMETROS
Yo me las prometía muy felices, con multitud de carteles señalando la meta:
EL FIN!!!!! 40 KILÓMETROS
Yo me las prometía muy felices, con multitud de carteles señalando la meta:
Placa de la Rúa de Santiago en Arzúa |
Pero me pareció que nunca llegábamos. La lluvia tampoco hacía ser muy felices, y eso que la etapa era llana... Pero de esa llanura que siempre va hacia arriba. En fin, que no llegamos a la misa de peregrinos por más que yo intentara darle fuerte. Y porque me quise parar en el Monte do Gozo. ¿Cómo no iba a hacerlo después de todo?. Sobre todo por mi madre, que es muy devota de Juan Pablo II y se había quedado de canguro.
Pero sí se llega. SE LLEGA! y qué satisfacción más grande, qué alegría interior y, también sí, qué emoción de entrar a la Catedral. Hay quien dice que llora de la emoción. Yo ya no sé si eran las gotas o la propia lluvia que caía y que era HELADORA. Pero solamente la satisfacción de la meta conseguida, te hace olvidar lo demás.
Dejamos las bicis en el Colegio La Salle, que tienen un acuerdo con Bicigrino para que las recojan allí y nos las envíen a casa ya que nosotros cogíamos el tren a Ponferrada a las 18.45 horas. No puedo decir el precio del traslado de las bicis, porque no me acuerdo, pero estuvo acorde con la rapidez y fiabilidad del servicio. Además, la empresa nos dejó un sitio para cambiarnos, y de allí partimos a la catedral... a por la Compostela y a tocar al santo, por el que tanto sudor habíamos dejado.
Tocar al Santo, un rito a la llegada a la Catedral |
PUES DESPUÉS DE TODO, DESEANDO VOLVER, HACERLO A PIE, MÁS LARGO Y TENER AQUÍ Y EN LA VIDA UN BUEN CAMINO!!!
Jo que encanto de viaje! Paisaje y gastronomía para disfrutar la zona . Leyéndolo dan ganas de coger una bicicleta y empezar a hacer kilómetros. Gracias por tu tiempo, te seguiré en el blog!
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