Paisajes, ideas y actividades imprescindibles
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Reloj de Cuco Gigante en Schonach |
Viajar es siempre una aventura, Pero viajar con niños aún los es más. Porque hacen llevar al límite tu imaginación para evitar que se aburran. A veces, según el destino, no es fácil. En otras, no resulta nada complicado porque hay países donde las actividades te salen al paso. Un ejemplo es la Selva Negra, en Alemania, donde puedes combinar museos interactivos, cataratas, telesféricos, recorridos en barco, casitas de Hansel y Gretel y parques acuáticos o balnearios con aguas termales que harán las delicias de los más pequeños. Por no hablar de relojes de Cuco o cucú gigantes. ¿Me acompañáis?
Nuestra visita a la Selva Negra fue ya hace unos años, en 2011. Sin embargo, este año, tres personas de ámbitos muy distintos nos han pedido consejos sobre qué ver, qué hacer y cuál fue nuestra experiencia. Así que repasé y les escribí unas pequeñas notas que ahora voy a reflejar en el blog. Desde una casa encantadora en Mühlenbach, entre montañas, hicimos todas las rutas a un radio de distancia que no sobrepasó las dos horas de coche.
En primer lugar, apuntad dos advertencias: no fuimos ni a Europa Park, en Rust, ni a Legoland, ya en la región de Baviera, porque, para bien o para mal, no somos turistas de parques de atracciones (Excepto Disneyland París, por supuesto).
En segundo, acordaos de otra: dependiendo de vuestro recorrido os puede ser útil sacaos la Black Forest Card --o tarjeta de la
Selva Negra
http://www.blackforest-tourism.com/info/blackforest-card-- que incluye numerosas actividades. A precios de 2016 son 111 euros por familia. Como todo en esta vida, es cuestión de hacer números a ver si os sale rentable. A nosotros nos funcionó.
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Museo de la Selva Negra en Gutach |
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Otra de las construcciones del Museo |
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Las cunas reflejan el paso del tiempo en el Museo de la Selva Negra en Gutach |
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Actividades para niños en el Museo de la Selva Negra en Gutach |
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Trajes típicos de la Selva negra en el Museo de Gutach |
Ésta
es una visita obligada y he comprobado que entraba en la tarjeta familia. Es un
museo al aire libre con las construcciones de la zona en distintas épocas, con vestidos tradicionales, utensilios, carruajes, talleres con demostraciones y espacio para la diversión de los más pequeños. Incluso tiene un aula escolar antigua, con sus pupitres y zona para comer. Aquí se puede probar la exquisita tarta Selva Negra, un placer gastronómico que no se puede pasar por alto. Muy recomendable y para pasar toda una mañana.
2.-
Rodelbahn Gutach
Un 'tobotrón' chulísimo que está también Gutach, en la B33 entre Hausach y esa última localidad, por lo que podéis matar dos pájaros de un tiro. Y los crepes, en la salida, buenísimos.
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Tobotrón en Gutach |
Offenbuch es una ciudad preciosa, típica de la Selva Negra, que tiene las también estatuas de hierro o del metal que estén hechas pero movibles, con lo que los niños pueden disfrutar un rato. Aquí cerca también podéis encontrar el tren de vapor con el interior de madera que realiza un pequeño recorrido entre Ottenhöfen y Achern. Camino
a Offenbuch está Gegenbach, una ciudad que por desgracia no pudimos visitar pero que se nos queda pendiente para la próxima ocasión.
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Tren de vapor en Ottenhöffen |
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Molino en la zona de Ottenhöfen |
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Tren de vapor a punto de salir de la estación |
4.-
Freudenstadt.
Se trata de otro pueblo con las casas típicas de la zonas, pero cuya plaza del mercado es una de las más grandes de Alemania. Aunque nos pilló de paso y no pudimos dedicarle mucho tiempo, resulta que la plaza dispone de nada más y nada menos que 50 chorros de agua para refrescar en verano. Y ya se sabe que agua y niños es sinónimo de diversión.
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Plaza del Mercado en Freudenstadt |
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Chorros en la Plaza del Mercado de Freudenstadt |
Otra de las maravillas del viaje, sin duda. Hicimos un recorrido por el lago en barco (poco menos de 30 euros los adultos y reducida --5-- los niños), con acceso a la isala Mainau o 'de las flores', con una parte de invernadero de mariposas.... Nos encantó. Y luego el barco te va dejando en otros puntos de interés, pequeños pueblos pintorescos como Meersburg. Extrañamente, nos hizo buen tiempo e íbamos provistos de bañadores por lo que los pequeños disfrutaron al máximo en la zona de agua destinada a ellos.. con balsas, puentes y un escenario muy original. Existen un montón de combinaciones posibles de recorridos con los 'mini cruceros' y nosotros nos inclinamos por ésta compañía.
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Pavo real hecho con flores en la Isla de las Flores, Lago Constanza |
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Mariposa del mariposario de la Isla de las Flores en Lago Constanza |
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Inicio del mini crucero por el Lago Constanza |
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Pueblo de la ribera del Lago Constanza |
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Actividades con agua y parque de animales, para disfrutar en la Isla de las Flores |
6.- Lago Titisee y Monte Feldberg.
Ambas visitas son muy recomendables con los niños y las dos están incluidas en la tarjeta de la Selva Negra. En el primer caso, porque la pequeña población del lago es encantadora. Y lo que más nos llamó la atención, además del paisaje, las pequeñas tiendas de decoración navideñas, en pleno mes de agosto, que te transportaban a otras épocas. El paseo por el lago muy entretenido.
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Decoración navideña en una tienda del Lago Titisee |
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A punto de subir al barco en el Lago Titisee |
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Lago Titisee, Selva Negra |
Si el tiempo acompaña, ésta es una zona con mucho parque acuático de toboganes incluidos en la visita, para matar por un ratito el gusanillo. No fue el caso, porque el frío era espectacular, por lo que directamente nos fuimos al funicular del
Monte Feldberg. No es solamente la experiencia de subir en el aparato, porque estaciones de esquí tenemos a porrón en España, sino por el paisaje desde arrriba... Indescriptible...
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Paisaje desde el Monte Feldberg |
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Funicular en lo alto del Feldberg |
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Frío, junto a las vacas,en lo alto del Feldberg. Hasta con gorro. |
7.- Cataratas del Rhin.
Es uno de los
lugares que más nos impresionó. ¡¡¡Fantástico!!!. Son el mayor alto de
agua de Europa Central pero no solo por la caída en cascada sino también por la anchura que alcanza el río. Entre
los
municipios de Neuhausen am Rheinfall y Laufen-Uhwiesen, a la niña le encantó porque no dejaba de pensar que, si estas son así, ¡Imagina las del Niágara!
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Cataratas del Rhin |
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Impresionante caída de las cataratas de Rhin |
8.- Triberg y el reloj de cuco más grande del mundo
Siguiendo con las cataratas, están las de Triberg, que se autodenominan como las más altas de Alemania aunque en otros textos he leído que no es así, que en realidad son las novendas. Sea como sea, por el paisaje no se pueden perder. Entran también en la card y además, el pueblo también merece una visita, plagado de tiendas de relojes de cuco, que a los niños les suelen llamar la atención. De hecho, a la entrada está la Casa de los Mil Relojes.
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Cataratas de Triberg |
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Cataratas de Triberg |
Cerca también de Triberg está el
considerado como Reloj de Cuco más grande del mundo, en Schonach.
Bueno, es una casa, literalmente hablando. Para acceder, se paga una pequeña entrada y tiene su gracia. El mecanismo es muy llamativo, pero no os esperéis nada del pájaro que sale porque, en realidad, es un pajarraco medio afónico que da risa. Y así se rieron de lo lindo.
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Mecanismo del reloj de cuco |
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Reloj de cuco gigante |
9.- Friburgo
Está considerada como la capital de la Selva Negra y, por tanto, tiene muchos
puntos de interés. Lo que, aunque parezco raro, más se me ha
quedado en mente es que la ciudad está plagada de pequeños
riachuelos, en la antigüedad para abastecerla de agua y como
desagües y hoy como reclamo turístico ya que los pequeños canales
vuelven locos a los niños. En todas partes venden barquitos artesanales de madera para que los lleven arrastrando con ellos. Y ese es el reclamo principal para los 'reyes de la casa'. Además, es muy animada con músicos tocando en la calle y un ambiente especial.
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Friburgo, el corazón de la Selva Negra |
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Detalle en una calle de Friburgo |
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Arrastrando pequeños barquitos en los mini canales de friburgo |
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Edificio en Friburgo |
10.- Disfrutad de un balneario
La Selva Negra es un lugar donde se pueden encontrar numerosos balnearios. De hecho, Baden Baden es una ciudad balneario en su totalidad. Sin embargo, no todos permiten la entrada a los niños, así que hay que dar mirar mucho para localizar alguno si queremos, además, que la entrada quede cubierta por la card. Nosotros encontramos las termas Cassiopea, en
Badenweiler. Y allí echamos la mañana aprovechando que íbamos camino a
Basilea. Una gozada nadar en agua caliente en piscina exterior entre pinos, con corrientes a la inversa. Diversión garantizada!!
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Termas de Cassiopea en Badenweiler |
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Termas de Cassiopea |
Con todo esto, espero que os haya entrado el gusanillo a vosotros y a los pequeños diablillos que tengáis por la casa.
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