Peripecias y alegrías en 200 kilómetros
21-25 abril de 2014
Cuando allá por finales enero de 2014 surgió la idea de hacer el Camino de Santiago, yo no tenía más bicicleta que la de paseo, cubierta de polvo. Así que me compré una de montaña, normalita que no era para tanto la cosa, y empecé a entrenar con mi marido. Los domingos por la mañana, lo que se podía, y a planificar la ruta.